Camino a Losthope... Jhonathan Strange and Mr Norrell... Magnífico libro |
Ayer caminaba por un pasillo del hospital y un extraño me detuvo:
-Perdona, ¿Psiquiatría?-
No sé la cara con la que reaccioné. Me pasaron mil pensamientos por la cabeza en ese microsegundo de interconexión sináptica:
-¿Se me nota tanto?-
-¿Me conoce de alguna parte?-
-¿Cómo que Psiquiatría?-
Le respondí:
-Hola, ¿a qué se refiere?
-Es que necesito ir a Psiquiatría-
-Ahhhh.... ¿La planta o Urgencias?-
-"Psiquiatría"-
-Mire usted, intenté explicarle, es que hay dos áreas: Urgencias y la planta.... ¿A donde se dirige usted?-
-No sé. Sólo me dijeron que fuera a Psiquiatría...-
Y allí empezó a relatarme detalles de una paciente -de la cual yo no tenía la menor idea- hasta que finalmente alguien le llamó al móvil e iluminó nuestros caminos: Urgencias.
No creo que existan las casualidades. De todos los residentes de guardia que estaban ayer en el hospital, vino a preguntarme a mí, precisamente. Pero bueno, tampoco sé que significado pueda tener, si es que realmente lo tiene.
Lo que sí mi cabeza empezó a estructurar, fué la idea asociada a los significados... los destinos diferentes que tienen las palabras, así sean las mismas.
Caminaba por el hospital y me dí cuenta de lo distinto que soy hoy, aproximadamente 111 guardias de 24 horas en Psiquiatría después... en horas, son 2664 horas... Los mismos suecos, el mismo pijama... pero un yo muy transformado.
Residente de 3er año. Cada vez que leo R3 al lado de mi nombre en las listas públicas de equipos de guardia del hospital me dan escalofríos. ¿Yo soy R3? ¡Pero si no sé nada!
Y sin embargo, todas esas horas después y especialmente todos esos pacientes, esos rostros, esas historias después, algo en mí sí ha cambiado. No sé si sea lo que se espera de un R3 de Psiquiatría, pero tampoco estoy yo para ser lo que se espera de mí. Sólo "ser". (Estoy divagando...pensamiento tangencial....)
Hablaba de los caminos y los sentidos de las palabras. Hace unas semanas terminé una rotación larga y espesa de la que aprendí mucho. De manera no convencional, sin estructuración ni planificación, pero aprendí mucho.
Conocí a personas (en el sentido de conocer su existencia y su nombre, no "conocer" propiamente hablando) que me enseñaron a ser desconfiado en el trabajo y aprendí que nadie es quien parece, por muy buen aspecto que tenga.
Aprendí que los pacientes psiquiátricos son muy poquitos y que el grueso de consultas lo componen personas que llegan a tí a través de senderos retorcidos.... y que esa primera consulta puede significar que su vida vuelva tener un sentido normalizado o que le incluyas en una rueda de hámster autoalimentada por el rol de enfermo "mental".
Aprendí que un informe psiquiárico y un diagnóstico es un arma y que puede herir a personas inocentes que nada tienen que ver con tu ejercicio profesional ni con el destinatario de la etiqueta.
Aprendí que aunque pretendas mostrarte diferente a tu naturaleza, los pacientes siempre te descubren. Es mejor decir no sé y postergar el inicio de un tratamiento que pretender ser un genio...
Aprendí, hablando de tratamientos que ya sabemos daría para un post entero, que no puedes obligar a nadie a tomar medicación. Todavía trato de digerir muchos comentarios de compañeros que escuché, dicendo "A este hay que ponerle un depot porque no quiere tratamiento". ¿Si no quiere tratamiento, cómo vas a ponerle un depot? ¿Vas a amarrarlo? ¿No te das cuenta que no va a venir a pincharse la próxima vez....? pero sobretodo, ¿ no ves que no va a tener en quien confiar cuando eres tú quien se supone debes protegerle?
(Debo reconocer que con este tema estoy my desconcertado. Hablo de pacientes no agudos, de pacientes con conciencia de enfermedad, de pacientes que no quieren medicación por los efectos secundarios....)
Confieso que no sé qué hacer...pero no creo que "pincharlos" sea la solución.
Aprendí que todo el mundo tiene necesidad de afecto. Que una buena palabra, un tono de voz y un trato afectuoso, a veces son más terapéuticos que una pastilla.
Aprendí como, defnitivamente, no quiero ser con los residentes cuando sea adjunto.
Aprendí que en el trabajo no se pueden perder los papeles y que la asertividad es una herramienta de suervivencia (Al igual que tener siempre las cosas por escrito).
Aprendí psicoterapia. (Jajaja, perdón es una broma).
Aprendí que la psicoterapia es todo. Aprendí algunas técnicas interesantes para hacerte entender al paciente. Aprendí que puedes ser muy profesional y tener muchos cursos y experiencia, y muchos cartones con créditos y tu nombre en ellos, pero aunque sepas de "encuadres" o "enfoques" o "saberse en el otro" y mil y un tecnicismo que por susuesto no me sé, el elemento más importante en nuestra intervención es el paciente.
Un compañero, cuando le comenté que había estudiado mucha psicoterapia durante esta rotación, me dijo "La psicoterapia es mucho más que lo que está en los libros"... y luego empezó a explicarme todos los elementos complejos e interrelacionados de su "psicoterapia". Toda su experiencia y su arte. Me gustaría saber lo que de esto dirían sus pacientes.
Esta rotación tenía un sendero predeterminado, con unas fronteras definidas y un destino programado. Yo por supuesto no me acerqué ni a la mitad del destino y estoy absolutamente seguro de que terminé muy lejos, en otra parte. El trayecto se me hizo amargo y largo en muchos momentos, excepto cuendo estaba sentado al lado de un paciente. Eso me enseñó más que cualquier cosa....
...y los caminos siguen ahí, frente a mí... y yo sigo caminando, por tercer año consecutivo.
Preciosa entrada. Desde luego admiro mucho a los psiquiatras y me da un respeto tremendo escogerla como especialidad.
ResponderEliminarPero si de verdad sabes ver la importancia del apoyo y el bienestar emocional del paciente, serás un gran médico.
Un abrazo :)
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