sábado, 3 de noviembre de 2018

Al otro lado del escritorio

El perfil de las casas y la montaña se vistieron de negro durante el atardecer, dejando un brillo rosado en el cielo que fue desgarrándose en naranjas y violetas. Enmudecida frente al cristal del a ventana cerrada con llave, traté de meditar. Centrarme en los colores. Luces de coches a lo lejos. 
Tengo un pájaro enjaulado en el centro del pecho. Un pájaro que cuando canta alegra el vecindario..pero casi siempre calla y se refugia en el rincón oscuro de su estancia.
¡Tantos años arrastrando una pesada cadena que aún no soy capaz de soltar! Será que ahora de verdad tienen nombre las cosas y encajan los capítulos de mi biografía... o es otra desviación oportuna de la realidad en un contexto DSMV?
Estoy cansada. Cansada de vivir así. Desesperanzada de que algo vaya a cambiar a fondo. La forma cambiará, eso es seguro... pero por cuánto tiempo?
En esta sociedad vacía de valores, en constante competición, enferma de apariencias e historias de éxito.
Yo soy de acero... yo soy de cristal...
Yo no sé quien soy.

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